Obra del autor nacional, Jorge Diaz, que toma como referencia la matanza de mendigos a mediados de los años 60' en el estado brasileño de Guanabara, en el cual se construiria un barrio residencial, para contarnos la historia de Rufo, un mendigo misteriosamente asesinado. La historia va avanzando mediante se develan los secretos de su muerte y testigos simbólicos de la vida del protagonista sirven para ir armando el rompecabezas.
La dirección esta en las manos de Alexis Moreno, actor, dramaturgo, director y docente de la Universidad de Chile.
Llama la atención del montaje la estética minimalista y contemporánea que resalta el cuerpo vivo y la expresión de los intérpretes. Estan dispuestos en el espacio a los lados y en el centro, tres sillones rojos rectos y un telón semi-transparente de fondo que le otorga a la puesta en escena un mensaje nebuloso de la acción del actor acompañados de novedosos efectos de luces.
Me ha provocado enorme emoción la interpretación de Rufo del actor Marcelo Alonso, ya que este logra insertarse en el motivo móvil del personaje y transmitir el mensaje crudo y transversal a la historia de la humanidad. Además, desde el punto de vista de estudiante de actuación, logra ejecutar muy bien técnicas básicas, que podría resumir en un cuerpo vivo en ausencia, que cautiva al público manteniendo la atención en la acción corporal del actor.
Topografía de un desnudo nos presenta de forma descarnada la discriminación y segregación social que hasta nuestros días siguen latentes. Es una crítica y un medio de apertura ética para todo público interesado en terminar con estas diferencias. Recomendable. Eso sí, si esta cansado y desea relajarse, no la vea, pues posee un ritmo lento que quién sabe, podría facilitar su sueño.
La dirección esta en las manos de Alexis Moreno, actor, dramaturgo, director y docente de la Universidad de Chile.
Llama la atención del montaje la estética minimalista y contemporánea que resalta el cuerpo vivo y la expresión de los intérpretes. Estan dispuestos en el espacio a los lados y en el centro, tres sillones rojos rectos y un telón semi-transparente de fondo que le otorga a la puesta en escena un mensaje nebuloso de la acción del actor acompañados de novedosos efectos de luces.
Me ha provocado enorme emoción la interpretación de Rufo del actor Marcelo Alonso, ya que este logra insertarse en el motivo móvil del personaje y transmitir el mensaje crudo y transversal a la historia de la humanidad. Además, desde el punto de vista de estudiante de actuación, logra ejecutar muy bien técnicas básicas, que podría resumir en un cuerpo vivo en ausencia, que cautiva al público manteniendo la atención en la acción corporal del actor.
Topografía de un desnudo nos presenta de forma descarnada la discriminación y segregación social que hasta nuestros días siguen latentes. Es una crítica y un medio de apertura ética para todo público interesado en terminar con estas diferencias. Recomendable. Eso sí, si esta cansado y desea relajarse, no la vea, pues posee un ritmo lento que quién sabe, podría facilitar su sueño.
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